Sistemas y consejos para mantener la calidez del hogar en invierno

El sistema de calefacción idóneo para cada casa depende de diversos factores

Aunque aún faltan unos días para que empiece de manera oficial el invierno, el frío ya ha llegado a nuestras ciudades. Es el momento idóneo para conocer los sistemas con los que podemos mantener la calidez en nuestros hogares durante los próximos meses.

Para elegir el sistema de calefacción más adecuado para nuestra casa hay que tener en cuenta una serie de factores, como son el clima de la zona, el tamaño y orientación de la vivienda, el uso que vayamos a hacer de la misma, los aislamientos con los que cuenta y las posibilidades de instalación que ofrece. También es importante conocer el precio de la energía que se va a utilizar, el mantenimiento que requiere el sistema elegido y su repercusión en el medio ambiente.

Según la fuente de energía que se usa, la calefacción de gas es una de las más demandadas, especialmente en zonas donde existe suministro de gas natural, pues ofrece un abastecimiento continuado y con un alto poder calorífico. Sin embargo, la calefacción eléctrica ha ido ganando adeptos en los últimos años gracias a los grandes avances tecnológicos que han contribuido a sacarle mayor partido. A estas hay que sumar la calefacción solar térmica o fotovoltaica, la calefacción de biomasa y la calefacción por geotermia. Para la primera se requiere de instalaciones fotovoltaicas en la vivienda, la segunda hace uso de la materia orgánica por lo que es más ecológica, eficiente y barata, mientras que la tercera consiste en el aprovechamiento del calor almacenado bajo la superficie terrestre.

Radiadores, suelo radiante, bombas de calor, estufas... son algunos de los sistemas de calefacción

Según el tipo de instalación, existen diversos sistemas de calefacción que pueden adaptarse a las necesidades de cada hogar. Si la vivienda tiene grandes dimensiones o es especialmente fría se recomienda un circuito de radiadores de agua con caldera o suelo radiante. En este caso, los radiadores son sustituidos por un circuito de tuberías de agua caliente o resistencias eléctricas instalado bajo el suelo y que puede alimentarse no solo de caldera de gas, sino también de electricidad o paneles solares.

Los sistemas de bombas de calor ofrecen la posibilidad de aclimatar la vivienda por estancias, aunque también pueden ser centralizados. Si cuentan con tecnología inverter pueden ser utilizados en épocas de calor. Finalmente nos encontramos con la calefacción eléctrica por acumulación, que permite almacenar calor en el interior de los acumuladores para liberarlo cuando sea necesario, utilizando un ventilador para impulsarlo por las distintas estancias.

A todos ellos hay que sumar las estufas, que pueden ser de gas, de leña, de parafina o de pellets, y que no requieren de instalación alguna. Son económicas, portátiles y se adaptan a la estancia donde necesites más calor.

Existen también una serie de medidas que se pueden implementar en el hogar para hacer más efectivas las fuentes de calor. Recomendamos abrir las cortinas y subir las persianas durante el día para aprovechar la luz solar y cerrarlas por la noche para retener la temperatura. El uso de burletes o selladores en las puertas y ventanas nos permite evitar las corrientes de aire y las alfombras y tapices retienen el calor en el suelo y las paredes. También se puede optar por cocinar con la puerta abierta para que el calor residual se distribuya por el resto del hogar, dejando las puertas cerradas de aquellas habitaciones que no se utilicen habitualmente.